Un puente más, socios y amigos del Club Salandar y la Asociación Juvenil Peñarandina, pertrechados con bastones y mochilas, partieron desde Peñaranda en dirección al Pirineo. En este caso, al Pirineo Navarro, para adentrarnos en Irati. La meteorología, a priori, no era muy benigna, la verdad, pero un poco de lluvia no iba a ser una causa suficiente para evitar adentrarnos en la espesura del bosque de la Selva de Irati, con su fama, sus cuestas, su intrincado relieve, sus secretos y bellos rincones. Y allí estuvimos un grupo de salandareños, paseando por el bosque de Irati, esa gran masa boscosa que recorre los Valles de Aezkoa y Salazar, en pleno corazón de la Navarra más húmeda, plagado de hayedos de gran belleza. Ha sido una auténtica gozada compartir estos días en estos parajes, además en esta época otoñal que comienza a engalanarse de múltiples cromatismos y rojizas alfombras de hojarasca, donde destacan muchos lugares y elementos: sus bellos paseos, sus cumbres, sus frescos manant...