El sábado, cosas de la vida, tuvimos que cambiar los planes y nos desplazamos hasta Salamanca para disfrutar, una vez más, con Pilar, Laura, Eusebio y Arturo: ¡Mayalde! En esta ocasión la actividad lúdico-festivo-músico-pedagógica lleva por título: La madre que parió a la música. Son unos artistas hasta para los encabezados. Más de seis lustros lleva la familia recopilando canciones, cuentos, adivinanzas, chascarrillos, brindis, tonadillas y mil historias de unos y otros pueblos, de sus bibliotecas, las de libros y las humanas. ¡Un monumento merece esta gente! Su casa, o su taller, debe ser como un almacén de instrumentos, zaleos, cachivaches, herramientas y zurullos que ellos, con su arte y buen hacer, convierten en una enorme caja de música. ¡Qué pedazo de artistas y buena gente! El concierto estuvo fenomenal, ¡además en el Liceo! Una pena no enterarme antes de que también tenían unos conciertos pedagógicos para los chavales... ¡A ver si vienen por Peñaranda!