La magia del otoño por el valle de Ambroz
En las estribaciones de la Sierra de Gredos, al norte de la vecina comunidad extremeña, nos encontramos con el valle de Ambroz, una comarca que goza de un paisaje y un entorno natural envidiable, de gran belleza en cualquier época del año y que se acentúa de manera soberbia, a mi juicio, en los meses de otoño. Y allí nos hemos desplazado desde Peñaranda, con la familia del Club Salandar y la Asociación Juvenil Peñarandina, llevados de la mano de Carlos Elías, para disfrutar, con mayúsculas, de una ruta de casi 18 kilómetros. Sobrepasando la treintena de andarines, gran parte de ellos jóvenes, o muy jóvenes, comenzamos el camino en La Garganta, uno de los ocho pueblos que forman esta comarca. Entre las variopintas huertas y los castaños, robles, alisos, nogales, fresnos y otras mil y una especies más de plantas que inundaban los bosques con sus infinitos verdes, rojos, ocres y amarillos, desarrollamos no sólo la actividad de andar, con sus subidas y bajadas, sino otras tantas complement