Roscón y cross de Reyes (sin dorsal y sin huevo)

Día grande el de hoy... ¡Muy bonito ver disfrutar a los pitufos con sus ilusiones y regalos...!
Y con lo dulces...
Dicen los pasteleros de antaño que los roscones de Reyes, esos maravillosos bollos que nos endulzan la vida en estas fechas, los introdujeron los Borbones, no tanto por lo que tienen de reales como por lo que tienen de franceses. La receta con la que dulcificamos estos días navideños proviene del país vecino, donde dicen que su nombre es el de gâteau des Rois. Nosotros, como tenemos en casa a Rosa, podemos disfrutar de unos roscones caseros con los que nos chupamos los dedos. ¡Vaya joya!




Y como hay que cuidarse, en todos los sentidos, pues además de comer, alguna máquina corredora también se acercó hasta el monte antes de que llegaran los Reyes para matar el gusanillo deportivo...
¡Y vaya disfrute corriendo entre encinas y bajo la lluvia!
¡Si os pagaran...!

¡Si es que la cabra tira al monte, ¿eh, Carlitos?!
A seguir disfrutando (ahí va el recorrido).

Comentarios

  1. ¡Toda la razón en lo de la cabra!
    No faltó de nada, un poquito de lluvia, un muchito de viento, unas cuestas del demonio y la noche pisando los talones, como pa repetir...
    ¡Vaya pinta que tiene el roscón!
    ¡Ya pueden venir Km's!
    Saludos.
    Carlos Lalias

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  2. ¡Ahí, ahí... compañero!
    ¡Hay que ponerle salsa a la vida, de día o de noche, en el monte o en la mesa camilla!
    Salu2 y a pasarlo bien.

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  3. Vaya pinta!! Sí señor!! Y encima a estas horas... quién lo catara con un chocolatito!! Felicidades a Rosa.

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  4. Pues sí... A estas horas incluso sin chocolatito, je, je...
    No descarto otra ración después de la comida de hoy, je, je...

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