Joaquín y Quique, por el Paraíso (X): Paseos por la selva

Joaquín y Quique ya han vuelto de su periplo selvático. Son unos fenómenos... Nos cuentan algunas batallas:


Para descansar de las palizas de los treks nada mejor que un poco de fauna, esto siempre es más descansado y menos movido. Pues eso, vamos al coche, en este caso un minibús y tras 4 horitas llegamos a Chetwan. Un Parque Nacional de selva a 100 metros sobre el nivel del mar donde viven elefantes, rinocerontes asiáticos, dicen que tigres y otros cuantos animales más. La primera actividad que teníamos era un paseo en elefante al amanecer, madrugón y pa´rriba, la verdad es que da una sensación de poderío increíble, estando ahí arriba pareces más grande y fuerte, hasta que llega el momento de bajar…


En la crónica anterior os contaba lo de la fiesta del Divali, el tercer día era el de los hermanos... Pues bien, paseando antes de la comida nos metimos en una aldeíta donde nos encontramos a una familia haciendo la tikka, que hacen los hermanos a las hermanas y viceversa. Se trata de pintar en la frente una banda con 7 colores, marcarse con un aceite, hacer unas ofrendas florales y colgarse un collar de claveles chinos, luego se intercambian dinero y regalos antes de comer. Esta gente es tan amable que no podían dejar que pasáramos por allí sin casi obligarnos a formar parte de la fiesta, así que nos hicieron hermanos temporales y nos llenaron la frente de pintura, la cabeza de pétalos y las camisetas de aceite. Ya más tranquilos se empeñaron en que teníamos que comer unas bandejas que nos sacaron con mil cosas, ya no puede uno viajar tranquilo, en cualquier momento te asaltan y te la lían.
No nos quedo más remedio que huir hacia otro parque, esta vez fue el de Bardia, en la zona oeste de Nepal. Sólo tuvimos que emplear 9 horas de coche para llegar... Este parque es muy parecido a Chetwan, pero al estar más apartado recibe menos visitas y está menos explotado turísticamente. Además parece que la fiesta del Divaliha ha terminado. Aquí hacemos un trek de un día entero por la selva, gracias a ir andando conseguimos ver la increíble cantidad de 2 rinocerontes y 44 sanguijuelas, mientras nos arrancábamos las sanguijuelas no nos daba tiempo a ver nada más. Es increíble la facilidad que tienen para agarrarse a cualquier parte o para meterse por cualquier resquicio. ¿Cómo es posible que llevando zapatillas con calcetines y los pantalones largos por encima de las zapatillas se puedan meter y engancharse en el empeine del pie? Supongo que todos los animales de la jungla tendrán su colección de sanguijuelas colgando de los lomos. Es más, creo que podrían llegar a engancharse en otras sanguijuelas mayores.


Después de hacernos una renovación de sangre nos hemos venido a Pokara, donde mañana empezamos el trek hasta el Campo Base de Annapurna.
Supongo que de todo esto os contaremos a la vuelta...

Comentarios

  1. Hola Angel! Muy buena entrada! La crónica de Joaquín y Quique me ha dejado maravillado. Yo nunca he hecho algo similar, simpre estuve en hoteles 4 estrellas en argentina. Jajaj. Saludos!

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