Salandar en la aérea arista Cabrones-Cerredo, Picos de Europa
Nos ponemos en marcha por el singular macizo calizo de Picos de Europa. Teníamos pendiente una cresta que siempre nos ha llamado mucho la atención: la arista entre el pico de Cabrones (2.558 metros) y el Torre Cerredo o Torrecerredo o Torrecerréu, que con sus 2.650 metros es la cumbre montañosa más alta de Picos de Europa.
Nos cuenta el salandareño José Antonio 'Jariego' que con sus 1.300 metros de recorrido, buena parte de ella bastante aérea, es una de las actividades por cresta más espectaculares que podemos realizar en nuestro querido macizo de Picos de Europa (ya veréis, por ejemplo, un tramito en el vídeo que grabó Eva 'machine'). Un recorrido aéreo y majestuoso. Si a esto le sumamos la entrada por la famosa arista noroeste del pico Cabrones la actividad se vuelve más exigente e interesante, y si a este detalle le sumas el acceso hasta el refugio de Cabrones (2.034 metros) por la canal de Amuesa el día anterior y el regreso el día de la actividad después de recoger los aperos por el refugio de Cabrones, por la canal de Camburero, cómo dice nuestra amiga Eva, transmorucha y una gran conocedora de Picos, con quién he tenido la suerte de compartir esta actividad, hace que esta aventurilla sea aún más guapa.
Pues todo esto disfrutamos los días 20 y 21 de agosto. Cómo se dice por aquellas tierras: "hay que estar de andar" para poder acometer estas actividades con seguridad, solvencia y ciertas garantías.
Iniciamos la ascensión a la arista noroeste del Cabrones con pasos realmente a filo de cuchillo que rápidamente te pone en tu sitio. Un acceso agreste, con roca descompuesta y mucho patio…
Después de llegar a cumbre y descenso por arista normal del Cabrones hasta la trepada con un paso "raro" en la brecha entre el Cabrones y el Cerredo, continuamos en descenso siempre con precaución hasta 3 rápeles consecutivos y de nuevo ascenso sorteando gendarmes hasta el muro final de 20m de IV (que fijándote bien ‘se deja hacer’), que es la última dificultad para llegar a la cumbre del Cerredo.
Esta arista, como casi todas, con viento es muy peligrosa ya que el mínimo fallo o desequilibrio tiene caídas de consecuencias graves. Como en todas las crestas, entre los miembros de la cordada decidimos la cantidad de tramos a realizar asegurados, teniendo en cuenta lo verdaderamente aéreos y expuestos que son algunos tramos. Es una actividad para gente con experiencia y nervios templados, no cabe duda.
Todo el recorrido se realiza en un ambiente realmente aéreo, con roca aceptable, pero que en ningún momento te permite bajar la guardia. A mí personalmente se me hizo muy corta la arista, no sé si por lo que disfruté o por el ritmo al que me llevaba Eva, esa gran compañera de cordada (7 horas refugio Cabrones-refugio Cabrones, en alguna ocasión me tocó pedirle que me dejara recobrar el aliento).
La guinda fue la bajada por Camburero, con sus casi 1.700 metros de desnivel, una canal que yo no conocía y que es realmente bonita.
Espléndidos días en el corazón de los Urrieles de Picos pasamos.
Nos cuenta el salandareño José Antonio 'Jariego' que con sus 1.300 metros de recorrido, buena parte de ella bastante aérea, es una de las actividades por cresta más espectaculares que podemos realizar en nuestro querido macizo de Picos de Europa (ya veréis, por ejemplo, un tramito en el vídeo que grabó Eva 'machine'). Un recorrido aéreo y majestuoso. Si a esto le sumamos la entrada por la famosa arista noroeste del pico Cabrones la actividad se vuelve más exigente e interesante, y si a este detalle le sumas el acceso hasta el refugio de Cabrones (2.034 metros) por la canal de Amuesa el día anterior y el regreso el día de la actividad después de recoger los aperos por el refugio de Cabrones, por la canal de Camburero, cómo dice nuestra amiga Eva, transmorucha y una gran conocedora de Picos, con quién he tenido la suerte de compartir esta actividad, hace que esta aventurilla sea aún más guapa.
Pues todo esto disfrutamos los días 20 y 21 de agosto. Cómo se dice por aquellas tierras: "hay que estar de andar" para poder acometer estas actividades con seguridad, solvencia y ciertas garantías.
Iniciamos la ascensión a la arista noroeste del Cabrones con pasos realmente a filo de cuchillo que rápidamente te pone en tu sitio. Un acceso agreste, con roca descompuesta y mucho patio…
Después de llegar a cumbre y descenso por arista normal del Cabrones hasta la trepada con un paso "raro" en la brecha entre el Cabrones y el Cerredo, continuamos en descenso siempre con precaución hasta 3 rápeles consecutivos y de nuevo ascenso sorteando gendarmes hasta el muro final de 20m de IV (que fijándote bien ‘se deja hacer’), que es la última dificultad para llegar a la cumbre del Cerredo.
Esta arista, como casi todas, con viento es muy peligrosa ya que el mínimo fallo o desequilibrio tiene caídas de consecuencias graves. Como en todas las crestas, entre los miembros de la cordada decidimos la cantidad de tramos a realizar asegurados, teniendo en cuenta lo verdaderamente aéreos y expuestos que son algunos tramos. Es una actividad para gente con experiencia y nervios templados, no cabe duda.
Todo el recorrido se realiza en un ambiente realmente aéreo, con roca aceptable, pero que en ningún momento te permite bajar la guardia. A mí personalmente se me hizo muy corta la arista, no sé si por lo que disfruté o por el ritmo al que me llevaba Eva, esa gran compañera de cordada (7 horas refugio Cabrones-refugio Cabrones, en alguna ocasión me tocó pedirle que me dejara recobrar el aliento).
La guinda fue la bajada por Camburero, con sus casi 1.700 metros de desnivel, una canal que yo no conocía y que es realmente bonita.
Espléndidos días en el corazón de los Urrieles de Picos pasamos.
vaya pasada
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