El día que estiren Galicia…

Es lo que decía Jose ‘el monitor’… Y es la verdad, porque al menos esta zona de Galicia se presenta muy sinuosa ante vecinos y visitantes, está muy arrugada y el día que la estiren vamos a poder comprobar que es más grande que España y olé.

Estas vacaciones de Semana Santa las hemos pasado en muy buena compañía, con un buen puñado de extraordinarios amigos, en Tronceda, en la Ribera Sacra de Orense, cerca de Castro Caldelas.
Fuimos a conocer uno de los proyectos en los que, desde hace varios años, está involucrado y volcado el amigo Jose, enclavado en un paraje de los que quitan el hipo y que nos recordaba a nuestras Arribes, cambiando el Duero por el Sil. Una zona preciosa, no apta para aquellos que se mareen viajando en coche, llena de vegetación exuberante, bellezas naturales (¡qué manera de caer el agua en forma de regatos y cascadas!) y pequeñas perlas de patrimonio (muchas veces en estado ruinoso) muy interesante.

En esta zona uno, que es como es, podría perderse durante varias horas paseando plácidamente entre centenarios castaños, de esos que casi es más fácil saltar que rodear, disfrutando de ese Sil encajonado, de las vistas de los pueblos y los montes que parecen jorobas de camellos que se suceden en el horizonte, de los estéticos y laboriosos sembrados en terrazas, de los ricos caldos, de las costumbres y tradiciones, del románico, el gótico, el barroco…

Estuvimos disfrutando en los dos alojamientos que ha rehabilitado ‘el monitor’, de la amabilidad y estupenda acogida de Jose y Celia, cuya historia es fascinante y yo no sería capaz de resumir aquí. Hay que compartir con ellos algunos momentos, a buen seguro quedarás encantado, para conocer su forma de ver la vida y disfrutar de la misma. Pero esa es otra historia…
Además de algún que otro paseo, compramos un espléndido queso de cabra a Tierra, alguna vica, aguardiente... Y recorrimos varios miradores, monasterios como el de Santa Cristina (en Parada de Sil), el castillo de Lemos y su museo de arquitectura popular en Castro Caldelas... También fuimos hasta Orense capital, para dar un paseo y disfrutar de sus baños termales al aire libre: Termas da Chavasquería. ¡Una gozada para cuerpo y mente!
Unos días estupendos para compartir con buenos amigos. Unos días estupendos, para grandes y pequeños.

Podéis ver algunas fotos de Álvaro Manjón y de Miguel Manjón: ruinas de Tronceda y alrededores, Ribera Sacra y monasterio, casa de Jose y su palleira.

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