Picos de Europa. Día 2: Central del Urdón-Tresviso-Central del Urdón

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El sábado la ruta estaba clara: desde la central del Urdón hasta Tresviso y vuelta.
Cantamos el cumpleaños feliz a Dieguín de Bracamonte y desayuno a hora española, pues hoy no hay prisa. Todo el grupo al autobús y el amigo Isi nos acerca hasta la central del Urdón, una zona que no supera los 100 metros de altitud, de donde parte el camino. La ruta discurre por un antiguo y pedregoso sendero que, según dicen, fue construido a finales del siglo XIX por la sociedad 'La Providencia', para así poder realizar el descenso de mineral de blenda y calamina procedente de los yacimientos de Ándara. Es el sendero que han utilizado para comunicarse los vecinos de Tresviso con el desfiladero de la Hermida durante muchos años.
La actividad comienza llaneando pero, ¡no nos engañemos!, toda la ruta es un continuo subir, subir y subir hasta llegar al destino final, a unos 925 metros de altitud.
Inicialmente, después de pasar la central, siempre junto al río, con un agua azul turquesa, nos encontramos con un caminillo que gira a la izquierda en dirección a la ruta del Canal del Urdón. ¡Esta no es nuestra actividad para hoy! Nosotros seguimos hacia adelante y descubriremos un par de puentes característicos que guardan bajo sus arcos unas pozas de aguas cristalinas que invitan al chapuzón; el primero salva una riega lateral que se incorpora al Urdón por la izquierda y el segundo nos cambia de nuevo a la otra orilla hasta el final de nuestro recorrido.
Al inicio tenemos varias zonas de arboleda que generan una sombra que se agradece y que más adelante se echará en falta. Es recomendable tomarse el camino con calma y atacar los tornos, o continuos zig-zag que nos encontraremos, con paso firme y sin prisa. El camino toma una ligera pendiente y se mete con múltiples revueltas a la derecha, en la canal Cerrosa, que con numerosos zig-zag la remonta echándonos a nuestra izquierda y obligándonos a salir contra el contrafuerte de la izquierda de la canal y así contemplar desde la Bargoña, en un verdadero espectáculo, el paisaje que ofrece el barranco del río. Subidos a este punto, un conjunto de revueltas nos acerca a un punto de privilegio para la vista y un buen precipicio llamado Balcón de Pilatos. Enfrente, al otro lado de la garganta el pico Cuetodave, el collado y monte Osina y el canal de la central (canal por el que antaño bajamos desde la canal de la Hoja, en Bejes).
Las vistas a un lado y otro son espectaculares y la senda nos irá descubriendo, poco a poco, el maravilloso paisaje que nos iremos encontrando.
La llegada al pueblo se hace desear y las invernales de Prías nos indican que estamos muy cerca. Nos refrescamos en la fuente y atacamos la última subida. En veinte minutos estamos en el bar tomando una fresca sidrina y degustando ese excelente queso Picón, que tanta fama ha dado a este pueblo. ¡Rico, rico...!
Después de compartir caldos y viandas (el Pini llevó una botella de vino de las 'especiales', con veinte añitos a los lomos de su botella), vuelta por la misma senda, disfrutando nuevamente del paisaje, la charla, recordando la ruta que hicimos el año pasado por el canal del Urdón que una y otra vez vemos de frente...
Ahora, como es evidente, el camino baja, baja y baja... La verdad es que parece imposible haber subido por ese sendero que en la Vargona parece concluir en el abismo. ¡Vaya caída tiene el condenado!
Este año el chapuzón se lo da un valiente de otro grupo que coincidió con nosotros. Algunos de nuestros chicos y chicas metieron los pies en el río, pero la temperatura del agua no estaba para muchas florituras, ¡qué nosotros somos de secano!

Bonita ruta.

Aquí tenéis las fotos de Chuchi R. Porras, José Enrique, Sebas, Eutiquio, Joaquín, José Antonio Vegas, Carlos Elías y las mías.