Día escolar de la no violencia y la paz. Roberto Fraile en el Colegio de La Encarnación

Ayer, lunes 30 de enero, tuvimos la suerte de enfocar la mañana con otra mirada, otras opiniones, otras realidades.
Sin movernos de la butaca viajamos mental y emocionalmente por medio mundo, gracias a un protagonista trotamundos al que se le amontonan los recuerdos y las vivencias, que hoy está acá y mañana acullá.
Se celebraba el Día escolar de la no violencia y la paz, un evento reconocido por la UNESCO desde 1993, y en el que se recuerda, con más hincapié si cabe, la necesidad de la educación para la tolerancia, la solidaridad, el respeto a los derechos humanos, la no violencia y la paz.



En el Colegio de La Encarnación de Peñaranda, y gracias a la colaboración del AMPA, pudimos asistir a una charla presentada por la periodista Eva López y cuyo protagonista fue Roberto Fraile, periodista dedicado al género del reportaje gráfico y que desarrolla su trabajo, fundamentalmente, en zonas de conflictos. La actividad estaba enfocada a los chavales ‘grandecitos’ pues la temática no era ligera, ni fácil de tamizar o digerir… El resto de alumnos del centro educativo, como no puede ser de otra manera, también tuvieron sus actividades para conmemorar este día de la paz.

El acto fue fantástico. Aunque ya lo hice en directo, reitero el agradecimiento a Roberto, a Eva, al AMPA y al colegio.
Me encantó desde muchos puntos de vista.
Para empezar los alumnos de ESO que asistieron no perdieron ojo, y oído, en todo momento. Como bien sabéis, lo normal en cualquier actividad ‘fuera del guion escolar habitual' y desarrollada en el gigante salón de actos es que haya más o menos alboroto, los alumnos estén mentalmente errantes, dispersos, anden despistados, enfurruñados o chinchando al compañero de al lado, etc. ¡Y no fue así! Roberto parecía un encantador, los mantuvo atónitos, boquiabiertos y embrujadamente atentos durante toda la actividad. ¡Qué concentración, oiga!
En ese sosiego ambiental, probablemente en el plano emocional no fuera así, de forma transversal, y casi sin quererlo, se trabajaron aspectos geográficos, históricos, morales, de vocabulario, relacionado con profesiones… ¡Interesante, muy interesante! Y, para seguir sumando, estoy convencido de que en muchos alumnos quedaron ganas de continuar investigando, descubriendo, aprendiendo...
Y, a mayores, los chavales ¡interactuando con el ponente! ¡Qué cantidad de preguntas e inquietudes por parte de los alumnos! ¡Fantástico!

Imperceptiblemente se nos quedó corta la mañana… Era menester terminar la actividad, ¡nos comía el tiempo! Pero creo que los chicos se quedaron con ganas de saber más y más…
Estoy convencido de que si salimos al patio y hacemos un corrillo sentados en el suelo, al calorcillo invernal de Lorenzo y alrededor de Roberto, hubiera emergido una tertulia extraordinariamente enriquecedora.



Lo de Roberto Fraile, y el resto de colegas que se dedican a este difícil trabajo jugándose diariamente la vida, es increíble. ¡La cantidad de ‘tormentas’ en las que se ven inmersos!
Nos contó de viva voz cómo comenzó en esta profesión, las motivaciones que le incitan a viajar a los países envueltos en conflictos, sus miedos, sus ilusiones, sus pensamientos, su forma de trabajar ante estos horrores injustificados, cómo intentan dar su versión registrando estos actos violentos, cómo se ganan la confianza de unos y otros personales para estar más cerca de la 'acción', poniéndose siempre en peligro y comprometiendo su integridad, para desempeñar su labor… Nos embelesó con su charla, contándonos cómo gestionan moral y emocionalmente esos linchamientos a los derechos humanos, cómo se puede intentar vivir de esta profesión, cómo intentar compaginar la vida laboral y la familiar, las condiciones cambiantes de las guerras y el sin sentido de unas y otras donde, como siempre, los que más pierden son los vecinos de la calle…

Daría para mucho… A ver si hay suerte y organizamos otra actividad parecida…


Y, por cierto, aunque se habló de guerra, a los que allí estuvimos nos quedó bien clarita la imperiosa necesidad de la paz.

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