Transmorucha 2011, nuestra ruta aventura en btt con alforjas desde Aldeadávila de la Ribera hasta Peñaranda de Bracamonte, tomando unas cervezas en La Alberca, pasando por Alaraz y Malpartida, llevando encima de la bici prácticamente todo lo necesario y evitando, en la medida de lo posible (¡y casi lo logramos!), el asfalto.
¡¡Décimo aniversario!!, que se dice pronto... Y parece que fue ayer cuando andábamos planificando sobre mapas de papel los itinerarios, haciendo las prospecciones, tomando notas con lápiz y libreta, e ilusionándonos con el qué será... ¡Y hoy es!
El jueves 2 de junio teníamos nuestra obligada y deseada cita anual con la Transmorucha, una ruta emblemática y un auténtico clásico salmantino de los viajes aventureros en btt (track en Wikiloc).
La experiencia de una ciclo-marcha-aventura como la Transmorucha no se puede explicar, ni con fotos ni comentarios; la única forma es vivirla, sudarla, padecerla y disfrutarla, pues una vivencia y como tal es privilegio de unos pocos y esos somos NOSOTROS, los que la hacemos. Juan Miguel Manjón, el tío de Manuel.
Me gustaría expresar bien el sentimiento de un transmorrucho después de acabar esta batalla: contento, ilusionado, hecho polvo... pero pensando ya en la próxima edición, aunque con 11 años más que cuando empezamos. Un saludo a todos mis compañeros de fatigas, super encantado de haberos conocido, un transmorucho más. Pedro 'Alaraz'.
Estoy deacuerdo con Miguel, es una experiencia que ni las fotos ni la pluma del más avezado lingüista puede explicar, pero que sin duda los que nos conocen al vernos la cara de satisfacción quemada por el sol, los arañazos y heridas que cicatrizan con gusto mientras observamos con nostalgia la bici en el garaje, nos entienden y saben que forma parte de nosotros.
No es fácil que una docena de huevos aguante en las alforjas un par de etapas de la Transmorucha. ¡Pero en la próxima edición lo seguiremos intentando!
Las fotos que he tomado este año son casi todas desde atrás, de espaldas y culos... Y es porque he querido; iba de los últimos por humildad... ¡Porque iba sobrao y entero...!
Este año éramos una gran familia de transmoruchos y nuestros campamentos nada tenían que envidar a los de la Titan Desert... Ahora bien, la participación se va a cerrar en 40 bichos, que en el bar de Villares no cabemos más... ¡Vamos...! La edición 2012 ya está más cerca...
Los dos últimos años he comenzado a contarlos a partir del mes de junio. Hoy aún me quedan doce meses. Joer, que lejos queda la próxima. En esta edicición además de disfrutar de la ruta, de los paisajes, de la práctica de un deporte que me fascina, he tenido la oportunidad de conocer gente nueva, con la que he compartido tres días inolvidables. Gracias compañeros por esta experiencia. Un abrazo a todos desde Talavera. Luisda.
Muy buenos los diez mandamientos, sí señor, el próximo año los grabamos en piedra y lo llevan los nuevos hasta que se los aprendan, je, je. Pero de la Transmorucha se puede sacar una conclusión: No hace falta ir a lejanos lugares para tener grandes aventuras.
Hey, qué guapas las fotos. Me encantan la de la parada "técnica" en el muro de piedra, y el contraluz del árbol y el ciclista... Buen reportaje. El año que viene vais a tener que dos ó tres transmoruchas de la cantidad de gente que se va a querer apuntar, vaya ruta bonita!
Nadie es imprescindible, pero si que hay gente muy importante que tira del carro año tras año para que esta aventurilla siga creciendo, una tarea a veces incómoda e ingrata pero esencial para que los demás podamos disfrutarla. Aunque sé que estás genéticamente dotado para ello, y lo llevas en la sangre, agradecer al amigo Lillo sus maternales esfuerzos para gestar nuevas criaturas moruchiles. Sea pués.
Un blog se nutre de los comentarios de sus seguidores. Gracias por aportar el tuyo, que ahora mismo lo recibirá el moderador y lo dará en breve de paso. Que tengas un buen día...
La experiencia de una ciclo-marcha-aventura como la Transmorucha no se puede explicar, ni con fotos ni comentarios; la única forma es vivirla, sudarla, padecerla y disfrutarla, pues una vivencia y como tal es privilegio de unos pocos y esos somos NOSOTROS, los que la hacemos.
ResponderEliminarJuan Miguel Manjón, el tío de Manuel.
Me gustaría expresar bien el sentimiento de un transmorrucho después de acabar esta batalla: contento, ilusionado, hecho polvo... pero pensando ya en la próxima edición, aunque con 11 años más que cuando empezamos. Un saludo a todos mis compañeros de fatigas, super encantado de haberos conocido, un transmorucho más. Pedro 'Alaraz'.
ResponderEliminar¡Pasa tú, si eso...!
ResponderEliminarEstoy deacuerdo con Miguel, es una experiencia que ni las fotos ni la pluma del más avezado lingüista puede explicar, pero que sin duda los que nos conocen al vernos la cara de satisfacción quemada por el sol, los arañazos y heridas que cicatrizan con gusto mientras observamos con nostalgia la bici en el garaje, nos entienden y saben que forma parte de nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo a todos.
SANCHEZ
No es fácil que una docena de huevos aguante en las alforjas un par de etapas de la Transmorucha. ¡Pero en la próxima edición lo seguiremos intentando!
ResponderEliminarEl vino de autor de Elías se bebe muy bien. ¡Pero que muy bien...!
ResponderEliminarEl ágape que nos prepara Rosa en Alaraz está de muerte y cada vez se parece más a un banquete de comunión... ¡Madre mía qué rico está todo...!
ResponderEliminarKi-kiriki...
ResponderEliminarLas fotos que he tomado este año son casi todas desde atrás, de espaldas y culos... Y es porque he querido; iba de los últimos por humildad... ¡Porque iba sobrao y entero...!
ResponderEliminarEste año éramos una gran familia de transmoruchos y nuestros campamentos nada tenían que envidar a los de la Titan Desert... Ahora bien, la participación se va a cerrar en 40 bichos, que en el bar de Villares no cabemos más...
ResponderEliminar¡Vamos...! La edición 2012 ya está más cerca...
En el bar de Villares siempre podemos hacer dos turnos. Los que entramos por el día y los que seguimos cuando se hace de noche.
ResponderEliminarSanchez
Los dos últimos años he comenzado a contarlos a partir del mes de junio. Hoy aún me quedan doce meses. Joer, que lejos queda la próxima. En esta edicición además de disfrutar de la ruta, de los paisajes, de la práctica de un deporte que me fascina, he tenido la oportunidad de conocer gente nueva, con la que he compartido tres días inolvidables.
ResponderEliminarGracias compañeros por esta experiencia.
Un abrazo a todos desde Talavera.
Luisda.
Muy buenos los diez mandamientos, sí señor, el próximo año los grabamos en piedra y lo llevan los nuevos hasta que se los aprendan, je, je. Pero de la Transmorucha se puede sacar una conclusión: No hace falta ir a lejanos lugares para tener grandes aventuras.
ResponderEliminarAbrazos y a disfrutar.
José Antonio El Jariego.
¡Qué grande es esto que hacéis!
ResponderEliminarEste año "sólo" pude estar 2 días pero cumplieron a la perfección con su función terapeutica.
Y es que los médicos deberían recetar Transmoruchicil en dosis de 4 cada 12 meses, por lo menos.
¡Vamos!
Hey, qué guapas las fotos. Me encantan la de la parada "técnica" en el muro de piedra, y el contraluz del árbol y el ciclista... Buen reportaje. El año que viene vais a tener que dos ó tres transmoruchas de la cantidad de gente que se va a querer apuntar, vaya ruta bonita!
ResponderEliminarNadie es imprescindible, pero si que hay gente muy importante que tira del carro año tras año para que esta aventurilla siga creciendo, una tarea a veces incómoda e ingrata pero esencial para que los demás podamos disfrutarla. Aunque sé que estás genéticamente dotado para ello, y lo llevas en la sangre, agradecer al amigo Lillo sus maternales esfuerzos para gestar nuevas criaturas moruchiles.
ResponderEliminarSea pués.