Ruta familiar hasta el peculiar refugio de Cabaña Verónica (Picos de Europa)
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Este verano empleamos algunos días de las vacaciones para
conseguir varios objetivos. Entre ellos, uno de tintes montañeros por Picos de
Europa.
Nuestra intención era subir en familia hasta el peculiar
refugio de Cabaña Verónica (2.325 metros), un lugar al que ya habíamos llegado
en otras ocasiones y del que nosotros tanto le habíamos hablado a Diego, y su
amigo Miguel Manjón le había dado mil detalles, pero que aún le debíamos al
retoño.
Realmente la idea inicial era más ambiciosa (y, quizá, poco
realista): madrugar e intentar dos objetivos. Uno, Cabaña Verónica. Dos, la
cumbre de Peña Vieja (2.617 metros).
Madrugamos para desplazarnos en coche desde nuestro camping
hasta Fuente Dé (Camaleño, Cantabria). La intención era subir en teleférico
hasta la estación superior del Cable y comenzar a andar cuanto antes. El solo
hecho de observar el teleférico desde abajo ya te permite soñar y alucinar.
¡Qué pequeños somos y qué grandes son esas montañas! Y el disfrute del viaje de
unos 4 minutos en la cabina para salvar casi 800 metros de desnivel te quita el
hipo. Hipo que te vuelve a entrar cuando te suspendes en el balcón de la
estación superior y miras a un lado y otro, arriba y abajo, delante y detrás,
contemplando las maravillas naturales a las que nos acercan los sentidos.
Pero la sorpresa nos la llevamos cuando, al comprar las
entradas del teleférico, nos anunciaron que teníamos que sufrir una espera de dos
horas y media para poder subir… ¡Es lo que tiene venir en agosto!
Sopesamos el subir por la canal de la Jenduda, pero
desechamos la idea. Sabíamos que si sometíamos a Diego a ese esfuerzo extra
(físico y de estrés por algunas zonas de patio y trepadas), peligraba llegar a
Cabaña Verónica. Por otro lado, queríamos que Diego probara la excitante
experiencia del teleférico (la última vez que subió era muy pequeño). Y, por
último, pero no por ello menos importante, no teníamos cascos y en algunas
zonas de la canal de la Jenduda hay riesgo de caída de piedras.
Tocó esperar… Matamos el rato con observaciones y
explicaciones de fauna, flora y geología, más la búsqueda de algún caché de
Geocaching del entorno.
La mañana era estupenda. Pero habíamos observado las
previsiones meteorológicas con antelación y se esperaba un ligero cambio para
medio día; deseábamos realizar la actividad cuanto antes para no tener
problemas con posibles nieblas.
Llegado el turno, subimos en el teleférico; como siempre,
¡espectacular!
¡Liébana a nuestros pies! Típico salto al mirador, fotos más
o menos rápidas… Y comenzamos a andar desde El Cable (1.834 m) en dirección
Norte (PR-23 hacia Horcados Rojos) pertrechados de nuestras botas de montaña,
mochilas con acopio de agua y comida (más agua que comida), ropa de abrigo para
por si acaso, crema solar, mapa, GPS, etc. Es curioso cómo la gente sube aquí
arriba sin ningún tipo de protección y material, se adentran en el corazón de
Picos de Europa sin ser previsores… ¡Ay!
Siendo conscientes de la capacidad física y técnica, junto
al horario, las altas temperaturas de ese día y las previsiones meteorológicas,
lo más sensato era realizar la ruta hasta Cabaña Verónica y volver por el mismo
itinerario. Quedaría la ascensión a Peña Vieja para otra ocasión.
Con paso firme iniciamos el camino, rápido nos encontramos
con la Horcadina de Covarrobles (1.925 m), a los pies de Peña Vieja (2.613 m),
Picos de Santa Ana (2.595 m) y Peña Olvidada (2.430 m). Si superas el collado
hacia la derecha te metes en la ruta hacia los Puertos de Áliva, pero nosotros
seguimos hacia la izquierda por un camino evidente entre inmensos pedreros
buscando nuestro objetivo. ¡La inmensidad de estos pedregales y el color de la
piedra otorgan al paisaje un ambiente totalmente marciano!
Las lagunas de Lloroza dejaban mucho que desear, ¡no
olvidemos que es agosto y esto es Picos de Europa!
Después de un ratillo caminando llegamos a la curva de la
Vueltona, un punto de inflexión con un giro a derechas y ascensión un poco más
brusca por uno de los pedreros que caen de Peña Vieja. Veremos cómo hacia la
derecha nos llama el collado de la Canalona, ruta que debiéramos seguir si
quisiéramos ascender a Peña Vieja.
Hacemos caso omiso a la sutil llamada y nosotros avanzamos
hacia la izquierda, siguiendo las señales del ‘faro metálico’ que perseguimos y
que cada vez se va acercando más: Cabaña Verónica reflejando con enérgico
brillo los rayos del sol.
El camino sigue subiendo en continuo zigzag aproximándose a
los Horcados Rojos para dejarnos a los pies de Cabaña Verónica, que es un
pequeño refugio-vivac ubicado a 2.325 metros de altura, metálico, con forma de
cúpula, muy curioso y con historia propia. ¡Una parte de un portaviones
americano en Picos de Europa! Dicen que diseñado y montado en el año 1961 por
el ingeniero Conrado Sentíes y su amigo el arquitecto Luis Pueyo. Los dos
artistas, después de numerar las piezas de la cúpula en el desguace del navío
en Santurce, las subieron a lomos de Rubio, un fornido caballo, hasta su
emplazamiento actual. Más de una semana para montar el rompecabezas del iglú
metálico que tomó el nombre de una de las hijas de Sentíes, madrina del refugio
en su inauguración el 13 de agosto de 1961.
Hemos leído que realmente esta cúpula no formaba parte del
equipamiento original del buque de guerra, sino que cuando el barco pasó a la
reserva, se colocaron sobre los cañones unas placas metálicas en forma de
cúpula para conservarlos.
Antes, de 1983 a 2007, el refugio estaba guardado durante
todo el año por el incombustible Mariano Sánchez. Ahora solo está guardado en
época estival; ¡es duro vivir ahí arriba!
Disfrutamos un buen rato de las vistas, de las cumbres,
cercanas o lejanas, que hemos subido o nos quedan por subir. Charlamos un
ratillo con el guarda del refugio y comimos un bocadillo para reponer fuerzas.
Lo único que nos quedaba era desandar con cuidado el camino, ahora todo en
bajada (¡cuidadín con los pedreros y los resbalones!), hasta llegar a la
abarrotada estación superior del teleférico.
Valoración MIDE para la actividad (verano):
Altitud máxima: 2.325 m (Cabaña Verónica).
Tipo de marcha: circular; ida y vuelta.
Distancia: aproximadamente 11 kilómetros.
Desnivel acumulado: 550 metros.
Duración MIDE : 3 horas y media.
Dificultad (verano):
Media: 2/5 Hay más de un factor de riesgo.
Itinerario: 2/5 Sendas o señalización indican la
continuidad.
Desplazamiento: 2/5 marcha por sendero, caminos de herradura
y pedreros.
Esfuerzo: 3/5; de 3 a 6 horas de marcha efectiva.
Dificultades técnicas: ninguna, aunque se debe prestar
atención al caminar por los pedreros (sobre todo en la bajada).
Agua: sin fuentes durante todo el recorrido.
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