Lagunas del Trampal, ruta del Club Salandar

Un día más, tempranito y desde Peñaranda, hemos subido a las grupas metálicas de los autobuses de Toursan para llevar a cabo una actividad en la Naturaleza. En esta ocasión, en compañía de nuevos socios (¡bienvenidos!), nos hemos desplazado hasta Solana de Ávila para disfrutar de un paseo por la zona del Trampal, en el macizo occidental de Gredos. Domingo 20 de enero de 2008.

Café en El Barco (el bar Los Rosales, después de tantos y tantos años atendiéndonos de madrugada, ¡estaba cerrado!) y vamos calentando motores. Jaime, con pericia, atravesó el pueblo de Solana, solventando con destreza los turismos aparcados en esas ya de por sí estrechas callejuelas.

En esta ocasión casi una treintena de socios y socias del Club Salandar hemos tenido la oportunidad de realizar una actividad invernal por estos rocosos y deshabitados parajes. Quién nos iba a decir, con la niebla que había en Peñaranda o en Salamanca, que íbamos a poder gozar de un día primaveral, cuasi veraniego, con un sol extraordinario.

Salimos desde la central de El Chorro, viendo que la nieve, un año más, brillaba por su ausencia. Y aunque ya no nieva como antes, encontramos nieve a partir de 1700 metros. Una nieve que al ir hacia las lagunas, por el efecto del sol, se tornaba blandita,… pero que una vez que se produjo el que nosotros conocemos como “eclipse de piedra”, se transformó en nieve dura y muy resbaladiza.

El camino es un constante subir, subir y subir. El hecho de que además no hubiera nieve sobre las piedras, escobas y rocas rotas, convertía algunos tramos en un auténtico calvario. ¡Con lo bien que se sube los inviernos que hay nieve! En fin.

El sol fue escondiéndose detrás de los murallones de piedra y la garganta del Trampal se convirtió en lo que es, en lo que en sucesivas ocasiones nos ha mostrado una y otra vez: una garganta sombría y gélida, además de muy poco transitada.

El hecho del frío y que cada vez estábamos más altos hizo que la nieve se tornara muy dura y como el grupo no tenía material, decidimos darnos la vuelta sin llegar a las lagunas. ¡Cachis!, se quedó en intento; otra vez será. La verdad es que nos quedamos a las mismísimas puertas, pero creo que fue la mejor decisión que pudimos tomar para evitar algún susto. Las lagunas están ahí; ya subiremos otro día.

A la vuelta pudimos parar en una zona soleada para disfrutar de caldos, viandas y especialidades varias de dulces y/o licores. ¡Qué bien es está al sol, charlando y compartiendo alimentos!

En ese punto nos juntamos con los amigos Pedro “Peterpán”, Javi 4000 y Jose “Villarino” (Retenman). El día anterior habían estado Jose y Javi haciendo la norte del Almanzor (aquí os dejo su comentario) y después se habían desplazado hasta la zona de Candelario (parando a dormir, ya con Pedro, en Barco). Ya el domingo subieron por el Calvitero, La Ceja,… y bajaron hacia las lagunas hasta encontrarse con nosotros.

Desde ahí, todos juntos y despacio, retornamos hasta el autobús para volver a casita. En el aparcamiento Pedro nos invitó a beber una sidra de la zona, de Hermosillo; muy buena, por cierto. Hemos quedado con Pro que tiene unos deberes que hacer: entrenar con el bastón y su mano derecha (es más fácil cambiar de bastón que irse a la otra ladera, je, je,… ésta suele estar bastante lejos, je, je,…) ¡Ánimo Pro!

Otra actividad más que hemos compartido.

¡A seguir disfrutando de la vida!

Fotos de José Antonio Vegas.

Fotos de Juli.

Fotos de Lillo.

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