Operación Puertos: Saucelle

De f_CarreraPuertos-Saucelle-blog


Operación Puertos
O cómo subir a los puertos de Salamanca corriendo


Pues antes de que se nos acabe el veranito, retomamos nuestro particular proyecto, que algunos ya están tachando de locura, de subir corriendo por estas empinadas carreteras salmantinas.

En este caso tocaba Saucelle. Allí nos juntamos Pepa, Toño, Gabi, Carlos Elías y yo mismo. José Antonio lo deja para mañana, que hoy estaba enfrascado en asuntos de ebanistería.
Como dice Carlitos, buena experiencia la de Saucelle. El puerto no es excesivamente duro pero son algo más de 10 kilómetros picando para arriba que se agarran, se agarran y se vuelven a agarrar...
El entorno es precioso y el día acompañó de manera extraordinaria. ¡Un gran día para hacer deporte en buena compañía!

La salida la hicimos desde el puente sobre el río Huebra, ese estupendo río que nace cerca del Pico Cervero (al que tantas veces hemos subido) y que se encajona de mala manera antes de unirse, allí mismo, al Duero.
Debajo del puente dicen que hay una playa fluvial pequeñita y que allí puedes bañarte. Y encima de la playa, cerquita, se encuentra la casa rural de La Quinta de la Concepción, de la que hemos oído hablar muy bien, en la carretera que va de Saucelle a Hinojosa de Duero.
Teniendo al lado Portugal y ese paso al país vecino que nos lleva hasta Freixo, nos quedamos con ganas de correr un tramo más y así incorporar el apelativo de 'internacional' a este proyecto... ¡Pero no queremos darnos importancia!
Comenzamos como locos, pasando por el poblado del salto de Saucelle, con esa vegetación exuberante característica de estos lugares de Las Arribes... ¡Vaya vergel!
Vimos de pasada Aldeaduero, un complejo de turismo rural con varias casas y hospedería que han montado en el poblado del salto y que tiene una pinta extraordinaria. Ahí queda para otro día...
¡Comienza puerto! Toño subió como una bala con su bicicleta y nosotros subimos cómodos, pero rápido se formó un grupete con Pepa, Gabi y Carlos. Yo, a mi ritmo, me quedé para atrás... ¡No porque no pudiera, cuidadín!, es que iba haciendo fotos, je, je... ¡El día que entrene se van a enterar estos galgos!
La verdad es que se disfruta con las espectaculares vistas que te ofrecen las curvas a derecha e izquierda de esta subida, con el Duero al fondo, las terrazas bien cuidadas por los vecinos agricultores portugueses...
Y después de un ratillo, algo más de una hora, nos plantamos arriba.
¡Otro más para el morral!
Os dejo algunas fotos en este enlace y algunos vídeos a continuación.


Vídeo 1.


Vídeo 2.


Vídeo 3.

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