Club Salandar, actividades en bicicleta y andando

Este fin de semana el Club Salandar y sus socios han podido disfrutar, en primera persona, de la explosión primaveral que nos está regalando la naturaleza este año, ver despertar la simiente de pastos futuros, bosques llamando a la puerta, extensiones de monte que parecen haber sido, recientemente, salpicadas de chillones colores florales por el mismísimo Matisse, Sorolla, Monet, Van Gogh… ¡O todos juntos!
¡Una auténtica gozada para cuerpo y espíritu!




Un grupo de salandareños sacó a pasear las bicicletas de montaña por la zona de la Cañada, que se muestra espectacular, con más pasto que nunca y una belleza desbordante.








Otro grupo estuvo practicando senderismo en las Arribes del Duero, con una estupenda ruta preparada por Elías y Carlos Elías en un recorrido durilo, escarpado, salvaje y muy poco transitado, haciendo camino entre vueltas y revueltas desbordadas de granito y vegetación... Y es que desde el ayuntamiento se están rescatando antiguos senderos, otrora frecuentados por cabreros y agricultores, para el disfrute de los turistas y para disputar diferentes pruebas deportivas (como el trail Secretos del Duero).









Podemos disfrutar de las fotografías de este post gracias los amigos José Antonio Vegas y Carlos Elías, y el track del recorrido gracias a Carlos Elías.

Powered by Wikiloc


Una ruta de senderismo circular con inicio y llegada en Aldeadávila de la Ribera y que nos permitió observar, en directo, lo que otrora describiera Unamuno (Los arribes del Duero):
"Baja el Duero por tierra de Zamora tendido en la planicie y espaciándose por ella, mas al ir a entrar en la provincia de Salamanca, hacia donde le rinde el Tormes sus aguas, entre Fermoselle y Vilíarino, empieza la meseta castellana a quebrarse para dejarle paso a las campiñas portuguesas. Resquebrájase la tal meseta en hondos desgarrones, mostrando al descubierto sus peñascosas entrañas, pétreos cimientos de la austera llanura castellana. El agua tenaz, que talla las rocas gota a gota con secular trabajo, ha ido carcomiendo su lecho berroqueño y buscando salida entre revueltas y esguinces. A distancia nadie adivina el profundo tajo por donde el Duero corre; la ondulante llanada castellana parece ir a perderse suavemente, y sin solución alguna de continuidad, en las estribaciones de la sierra de la Estrella que cierran, hacia la parte de Portugal el horizonte. En uno de los repliegues del terreno se ocultan los profundos tajos, las abruptas gargantinas, los imponentes cuchillos, los terribles esfayaderos, bajo los cuales, allá en lo hondo, vive el Duero, ya espumarajeando las rocas que aún no han cedido a su labor terca, ya precipitándose en desniveles, ya deteniéndose un momento a descansar en angostos 122 remansos, ya, por fin, zumbando bajo las rocas, en las espundias. A trechos las paredes y escotaduras del tajo se dulcifican y se tienden las pendientes para recibir, sobre revestimiento de tierra, vegetación bravia y cuidados de cultivo. A estos declives que bajan al rio se les llama arribes en toda la Ribera, en toda la región salmantina que borda el Duero y afronta a Portugal Arribes forman también los afluentes al Duero, que entre escotaduras y barrancas análogas alas de éste corren a él". Los arribes del Duero”. Escrito en 1898 por Miguel de Unamuno.



 Y esta semana volvemos con una nueva edición de nuestra clásica Transmorucha, una actividad de cuatro días con bicicleta de montaña con alforjas que llevamos realizando desde el año 2002, ¡y ya son años!



Comentarios