Salandar: Ascensión invernal al pico Almanzor (Gredos)
Este fin de semana, con unas magníficas condiciones meteorológicas que, según dicen los entendidos, van a empeorar a partir de mañana, la sección montaña del Club Salandar realizó varias actividades.
Por un lado, acciones formativas (aula y pequeñas prácticas de campo); por otro, de bicicleta todo terreno (rutas BTT por la zona de Alaraz y Malpartida); y por otro, algunas más técnicas de montaña invernal: un grupo en las canales de Becedas (formación y prácticas) y otro grupo que se desplazó hasta el macizo central de Gredos para realizar el sábado una marcha hasta la Laguna Grande, pernoctar en el que toda la vida hemos conocido como refugio Elola (hoy llamado oficialmente refugio de Alta Montaña Laguna Grande de Gredos, a 1.950 metros), y ascender hasta el pico Almanzor (2.591 metros) el domingo (actividad técnica invernal de nivel 2-3). Un disfrute, como siempre, ascender en invierno hasta esta emblemática y granítica Plaza del Moro Almanzor, la cumbre más alta de la sierra de Gredos y de todo el sistema Central.
Nos cuenta (e ilustra con sus fotografías) el amigo Vegas: Contaba un niño de Navacepeda que había un moro peleón que le dio por subirse a un pico que, casualmente, se llamaba como él: Almanzor.
Y en su conquista hemos ido varios salandareños acompañados de Fernando, un buen tío que, ¡oh, casualidad!, es de Navacepeda.
Los hados de la fortuna se pusieron de nuestra parte en forma de buen tiempo y, lo que es mejor, encontrándonos a última hora sitio para dormir y cenar el refugio Elola (el niño de la historia tuvo algo que ver, es lo que tiene ser de la zona, je, je…)
Así que de buena y preciosa mañana partimos hacia esa cumbre, que a mí se me hacía algo complicada en invierno, pero con el Jariego en plan maternal (y la técnica y conocimientos que atesora), todo resultó ser mucho más fácil y seguro.
Una gozada para todos, y en especial para mí que soy un niño nacido en Candeleda. Dos rapeles de 60 metros (el primero con algo de miga y el segundo disfrutón) nos dejan vía libre a mitad de la portilla del Crampón para realizar un descenso rápido al refugio. Paradita cervecera y vuelta a los coches a ritmo más tranquilo.
Un día de esos de los que será difícil del olvidar.
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