El baloncesto nos da una lección de vida, ¡y alegrías!

Hace poco más de un año nuestros pequeños retoños comenzaron su andadura en Juegos escolares. Y, desde ese momento, se enamoraron del baloncesto. Un deporte al que han estado jugando durante todo un año, ¡sin ganar un solo partido!

Buscaron debajo de las piedras para poder formar un equipo, entrenaron con frío o calor, viajaron todos los sábados y jugaron todos los partidos fuera de casa (¡tiene bemoles!, yo muy justo no lo veo, la verdad), aprendieron con paciencia casi desde cero…

No podemos decir que los ha faltado perseverancia, trabajo e ilusión, ¿verdad?





Los Juegos escolares, bajo unos principios de formación, educación y aspectos lúdicos, debieran garantizar que todos los chicos y chicas en edad escolar puedan conocer las diversas modalidades deportivas. Debieran estar adaptados a la aptitud física y la edad y buscar la finalidad de completar el desarrollo de cada persona. Y entre todos (padres, organizadores, árbitros, etc.) debiéramos trabajar con humildad para trasladar a nuestros deportistas aspectos de juego cooperativo y compañerismo, juego limpio y rechazo de la violencia, prácticas de vida saludable, etc. Pero al final los chicos y chicas forman parte de un equipo (Unus pro omnibus, omnes pro uno, todos para uno y uno para todos, ya lo decía el señor Dumas y sus tres mosqueteros), están dentro de una competición y reconozcamos algo que el ser humano lleva intrínseco: a todos nos gusta ganar o, a nadie le gusta perder.

Algunos practicamos deporte porque nos gusta, nos enriquece, nos aporta salud, nos relaja… Pero a estos chicos (10-12 años), como a todos, lo que los gusta es divertirse y ganar… ¡Y han estado un año entero contando los partidos por derrotas!

Este fin de semana jugaron el primer partido de la temporada, ¡y ganaron!

¡Victoria después de más de un año de partidos y entrenamientos!

¡Vaya derroche de alegría!

¡Qué bonitas caras de felicidad!

Foto gentileza de Santos Salinero (disculpa que la haya 'tuneado' un poco, je, je...).

Sirvan estas palabras para dar la enhorabuena a todo el equipo. Una felicitación, sincera, para ellos y su entrenador Fernando Merchante ‘Ferchi’, por no perder la ilusión, por seguir yendo a entrenar con alegría, por mantener la expectativa y estar seducidos por la idea de que algún día se recogerían los frutos, por no perder las ganas y seguir motivados...

Creo que a estos campeones la vida los ha dado una magnífica lección. Porque han visto que, a cualquier edad, la vida nos depara momentos buenos y momentos malos, que nadie regala nada y hay que ganárselo con esfuerzo. Y han comprobado, en primera persona, que si se persevera, si no se pierden las ganas, si se sigue trabajando con ilusión, la vida también te sonríe y actúa como el eco, devolviéndote lo que has dado.


¡Enhorabuena a todos! Os animamos a seguir disfrutando y trabajando, trabajando y disfrutando.

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