Club Salandar, escalada clásica en Gredos: Risco Moreno (2.478 metros)
La sección
de montaña del club Salandar ha realizado esta semana una interesante actividad
por el granítico Parque Regional de la Sierra de Gredos, ese accidentado feudo
donde campa a sus anchas la famosa capra hispánica. Por un lado, senderismo desde
La Plataforma hasta el refugio Elola de la Laguna Grande en el Circo de Gredos
y, por otro, escalada del Risco Moreno.
Era una
actividad de las del estilo del amigo Jariego: fugaz, exprés, ¡pim, pam, pum! Por
motivos laborales partimos después de trabajar hacia Gredos pertrechados con
material de escalada. Llevábamos por la península varios días de infierno, sufriendo
un calor sofocante, pero hoy se habían producido varias tormentas por la zona
para refrescar el ambiente, el cielo nos recibía con nubes salpicadas y un
viento leve, condiciones perfectas, regalándonos un poco de sombra y un poco de
brisa, para no pasar mucho calor durante la actividad.
Salimos
desde el aparcamiento La Plataforma y rápido ganamos altura paralelos al Arroyo
del Prado Puerto para girar, después, hasta el Prado de las Pozas. Piano,
piano, subimos para los Barrerones y, ¡sorpresa!, la fuente de Cavadores está vacía, seca… Desde
que hicieron la ‘mejora’ en la calzada y ‘arreglaron’ la fuente, las
condiciones de toda la vida de esta zona han cambiado… ¡Quién nos mandará…!
Cuando nos
damos cuenta, la ruta nos ha dejado en el mirador desde donde podemos ver ya
las alturas del circo, ¡qué poquitos neveros quedan!
Continuamos,
ahora en bajada, hasta nuestro primer objetivo: La Laguna Grande. En poco
tiempo nos plantamos en la orilla y de ahí hasta el refugio es coser y cantar.
Desde esta zona vemos perfectamente cómo se recorta sobre el cielo la línea de
cumbres que alberga el Cerro de los Huertos (2.474 metros), el Risco Moreno (2.478
metros) y el Ameal de Pablo (2.509 metros).
Tentempié
rápido en la terraza del refugio Elola y continuamos por la senda de la parte
trasera de refugio (hitos en dirección a las tres cumbres: Ameal, Risco Moreno
y Cerro de los Huertos). Los primeros metros de vereda son los mismos de la que
nos acerca hasta el pico Almanzor, coloso pétreo que, con sus 2.592 metros, es
la máxima altura de todo el Sistema Central. Nuestro camino transcurre entre
grandes bloques de granito y la subida nos acerca a tres canales; elegimos la
de la izquierda (las otras parece que suben de forma más directa, pero también
tienen más complicaciones) y según sube tiene tramos duros, algunos bloques
empinados donde hay que echar las manos, etc.
La
aproximación hasta los pies de la pared Sur del Risco Moreno nos lleva un poco
más de tiempo que lo inicialmente planificado.
Equipados,
aseguramos al amigo Jariego, que inicia la fiesta ‘de primero’; sube como un
gato, con su buena técnica, su magnesio, sus friends y empotradores, sus
piernas y brazos como tentáculos de pulpo, ¡cómo va ganando altura! Nos asegura
y nosotros vamos subiendo como buenamente podemos. Son cinco arreones, ¡pero
vaya con los arreones!
Con algunos
chascarrillos durante la vía, nos acordamos de los amigos Fernando y Federico…
¡Chungolá, compañeros! Y con un poco de retraso sobre el horario previsto y una
gran sonrisa triunfante en nuestras caras, nos vemos abrazándonos en la cumbre
con un atardecer maravilloso acariciando nuestros cascos, la silueta de la majestuosa
y elegante Galana (2.564 metros) por detrás y unas luces de quitar el hipo
sobre el Circo presidido por el Moro Almanzor. ¡Un privilegio!
Y poco a
poco toca descender, ¡que se nos echa la noche encima! Abajo nos espera el
refugio para hacer acopio de agua, dar algo de trabajo al gaznate e iniciar la
ruta de casi dos horas que nos permite regresar hasta los coches.
De regreso,
envueltos bajo un oscuro manto rebosante de estrellas perladas, nos cruzamos
con un buen número de ejemplares endémicos gredenses que tuvimos que sortear:
la cabra montés, la salamandra del Almanzor y el sapo común de Gredos.
Por azares
de la vida rematamos una actividad bien alpina y bonita un día de mediados de semana.
Y es que no nos gustan los días insípidos y grises, nos buscamos de vez en
cuando actividades montañeras de buenas vibraciones, que nos renuevan las
energías y nos permiten rozar las nubes con las manos. ¡Felicidad casi absoluta!
¡Buena
ruta, compañeros!
Comentarios
Publicar un comentario
Un blog se nutre de los comentarios de sus seguidores. Gracias por aportar el tuyo, que ahora mismo lo recibirá el moderador y lo dará en breve de paso. Que tengas un buen día...