Juguemos en la plaza. Ven a jugar al circo

Ayer por la tarde estuvimos en el pabellón polideportivo cubierto de Peñaranda, nuestro pueblo. Había una actividad de las que está organizando Caja Duero-Caja España y su Obra Social, de las relacionadas con el teatro, el ocio, la cultura, el divertimento... y esas cosas que algunos consideran rarillas (o rarillas.com, para ser moderno; ¡benditas sean!).
El caso es que sabíamos que la temática estaba relacionada con el circo, pero poco más, santo Tomás. Estuve buscando información por este ente abstracto que es internet, pero no encontré mucho (¿?).
No había mucha gente, ¡y eso que la actividad era gratuita! No sé dónde se mete el personal; aunque después, hablando con unos y con otros, parece que la publicidad del evento no fue muy grande y no llegó a todos los vecinos. No lo sé...
Al final, con el modo cuenta gotas en on, fue llegando más gente y allí nos juntamos unas cuantas familias, varias decenas de chavales, para ver (y formar parte de) el espectáculo 'Juguemos en la plaza. Ven a jugar al circo'.


Je, je... allí salieron cuatro artistas, ¡de manga corta y una camisa fina de algodón! ¡Chicos, que estamos en invierno y en Peñaranda! El pabellón, a esas horas, parecía un arcón frigorífico, je, je... Pero así salieron, con chulería y desparpajo para ganarse al público. ¡Y lo hicieron!, ¡vaya fenómenos!
Había una cara que me era familiar (entiéndase como conocida)... Leñe, el artista del gorro de aviador, borreguillo y orejeras me suena... Hasta la mitad del espectáculo no caí en el tema... ¡Era El Gran Rufus! No sé, le había visto en otra actuación en Salamanca y en otra anterior por Peñaranda, en La Huerta, y mira, que me alegró verle por estos barrios de nuevo.
En fin, que me enrollo. La actividad estuvo fenomenal, a modo de escuela de circo, con espectáculos de todo tipo en los que, además, pudimos participar los que allí estábamos como público, convirtiéndonos en improvisados (y patosillos) malabaristas, equilibristas, acróbatas... Estuvo fenomenal que la actividad permitiera la participación de todo el público (grandes y pequeños), acercándonos a las distintas disciplinas circenses que Rufus y sus compañeros tuvieron a bien compartir con nosotros.

Enhorabuena a los organizadores, a los colaboradores, a los artistas y a los niños y padres que se atrevieron con los números de circo.

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