Salandar en el Pico Cervero (Sierra de Quilamas)
Una vez más con el Club Salandar volvimos a subir al Pico Cervero, ese emblemático pico serrano en la salmatina sierra de Las Quilamas. En esta ocasión, la ruta comenzó en Escurial de la Sierra (después de tomar el café en el bar del niño cincomesino) y transcurrió por esas megapistas que han construido con esos planes de parcelación, concentración y demás movidas de las que todos tanto hemos oído hablar pero, al menos yo, no tengo mucha idea (o una idea clara). Supongo que serán útiles, pero yo sigo prefiriendo los senderos, caminos y veredas. Subimos hasta el refugio de Icona de toda la vida y desde allí al pico, para después regresar hasta Linares de Riofrío.
La semana precedente había estado pasada por agua. Muy pasada por agua. Y aunque las predicciones que el INM nos daba para el domingo era estupendas, sol y sólo un 20% de lluvia, no terminábamos de creérnoslo.
Salimos desde Peñaranda lloviendo. Poco, pero lloviendo. ¡Mal empezamos!, pensamos todos. Pero una vez en Escurial, el día fue cambiando y al final pudimos disfrutar de un espléndido día soleado. Fresco, pero soleado. La práctica del senderismo en estos días es ideal.
A esta ruta, de promoción, a la que podía venir cualquier persona (socia o no, federada o no) nos acompañaron personas queridas y poco habituales de las actividades “normales” del CS. Así, compartimos charlas, caldos y viandas con Pedro “Pedrote”, Pilar y Hugo (ese campeón que en varias ocasiones hacía las veces de guía, ¡fenómeno!). También pude conocer a algunos de los nuevos socios y socias: Ana, Asia, Abilio y Luismi. ¡Encantado!, espero que disfrutarais de la actividad y que sigáis con nosotros mucho tiempo. Y luego, los habituales: el señor Julio de la Torre, Emilio y Paula, Chema y Diana, Javi R. Porras, Chuchi R. Porras y Sonia, Susana, Dori, Tomi, Yoli, Paco Pro, la familia de Julio y Cristina (ellos dos más Javi y Eduardo, los retoños que están creciendo como la espuma), Carlos (Emi, te perdiste una ruta muy chula, cachis…), Carlos Elías, Julián “el rumano”, David “Pini” (o el Rubio) y aquí el que escribe.
Arriba, en la atalaya de piedra, esa que está conquistada por el diminuto refugio almenado y la cruz que lo identifican, soplaba un viento recio de ese que cura los jamones por la zona. Las vistas, que suelen ser muy buenas, estaban ligeramente truncadas por las nubes que flotaban por el entorno.
Cuando estábamos en el refugio de Icona, ya de vuelta, sentados al sol y moviendo los músculos de la cara, vimos a unos cuantos domingueros con sus coches, intentando subir por la pista hasta el Cervero… ¿Hasta la cumbre? ¡Vaya elementos! Y me alegró ver a un grupete de deportistas en sus btt, bajando desde el pico… ¿Veis como se puede? ¡Otro día nos vamos en la btt, que ya lo he dicho cienes de veces, je, je,…! Y ya que estamos, nos apretamos la ruta “infernal” que propone José Antonio…
La Honfría sigue siendo un paraíso, aunque los vándalos también acampan por aquí, ¡lástima!
Vimos los restos de uno de esos hornos de cal, esos que pretenden sean un atractivo turístico, algo así como un patrimonio cultural,… ¡Hay que ponerse las pilas!, los restos están en estado ruinoso y lamentable (al menos el de la zona de Linares). Con este tipo de atractivos no convencemos a nadie… ¡Hay que invertir un poco y hacer las cosas con más seriedad!
A las cuatro y media pasadas estábamos en Linares, preparados para tomar un cafetito, montar en el bus y… caminito para Salamanca y después a Peñaranda. Al final, y según el GPS, salen unos 19 kilómetros.
¡Un día ideal para un lindo paseo, sin prisas!
Otro día más.
+ Fotos.
+ Cartel.
+ La misma ruta en el 2006, con nieve.
La semana precedente había estado pasada por agua. Muy pasada por agua. Y aunque las predicciones que el INM nos daba para el domingo era estupendas, sol y sólo un 20% de lluvia, no terminábamos de creérnoslo.
Salimos desde Peñaranda lloviendo. Poco, pero lloviendo. ¡Mal empezamos!, pensamos todos. Pero una vez en Escurial, el día fue cambiando y al final pudimos disfrutar de un espléndido día soleado. Fresco, pero soleado. La práctica del senderismo en estos días es ideal.
A esta ruta, de promoción, a la que podía venir cualquier persona (socia o no, federada o no) nos acompañaron personas queridas y poco habituales de las actividades “normales” del CS. Así, compartimos charlas, caldos y viandas con Pedro “Pedrote”, Pilar y Hugo (ese campeón que en varias ocasiones hacía las veces de guía, ¡fenómeno!). También pude conocer a algunos de los nuevos socios y socias: Ana, Asia, Abilio y Luismi. ¡Encantado!, espero que disfrutarais de la actividad y que sigáis con nosotros mucho tiempo. Y luego, los habituales: el señor Julio de la Torre, Emilio y Paula, Chema y Diana, Javi R. Porras, Chuchi R. Porras y Sonia, Susana, Dori, Tomi, Yoli, Paco Pro, la familia de Julio y Cristina (ellos dos más Javi y Eduardo, los retoños que están creciendo como la espuma), Carlos (Emi, te perdiste una ruta muy chula, cachis…), Carlos Elías, Julián “el rumano”, David “Pini” (o el Rubio) y aquí el que escribe.
Arriba, en la atalaya de piedra, esa que está conquistada por el diminuto refugio almenado y la cruz que lo identifican, soplaba un viento recio de ese que cura los jamones por la zona. Las vistas, que suelen ser muy buenas, estaban ligeramente truncadas por las nubes que flotaban por el entorno.
Cuando estábamos en el refugio de Icona, ya de vuelta, sentados al sol y moviendo los músculos de la cara, vimos a unos cuantos domingueros con sus coches, intentando subir por la pista hasta el Cervero… ¿Hasta la cumbre? ¡Vaya elementos! Y me alegró ver a un grupete de deportistas en sus btt, bajando desde el pico… ¿Veis como se puede? ¡Otro día nos vamos en la btt, que ya lo he dicho cienes de veces, je, je,…! Y ya que estamos, nos apretamos la ruta “infernal” que propone José Antonio…
La Honfría sigue siendo un paraíso, aunque los vándalos también acampan por aquí, ¡lástima!
Vimos los restos de uno de esos hornos de cal, esos que pretenden sean un atractivo turístico, algo así como un patrimonio cultural,… ¡Hay que ponerse las pilas!, los restos están en estado ruinoso y lamentable (al menos el de la zona de Linares). Con este tipo de atractivos no convencemos a nadie… ¡Hay que invertir un poco y hacer las cosas con más seriedad!
A las cuatro y media pasadas estábamos en Linares, preparados para tomar un cafetito, montar en el bus y… caminito para Salamanca y después a Peñaranda. Al final, y según el GPS, salen unos 19 kilómetros.
¡Un día ideal para un lindo paseo, sin prisas!
Otro día más.
+ Fotos.
+ Cartel.
+ La misma ruta en el 2006, con nieve.
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